En 2019, los líderes juveniles de Gente Organizada descubrieron que su distrito escolar estaba gastando ilegalmente los fondos reservados para los jóvenes de acogida, los estudiantes de inglés y los estudiantes de bajos ingresos (“estudiantes de alta necesidad”) en la policía escolar y la seguridad. Indignados, los estudiantes se organizaron y llevaron a cabo una campaña para detenerla. Tras meses de defensa, acabaron convenciendo a su distrito para que dejara de gastar esos fondos en las fuerzas policiales y los reinvirtiera en cambio en más consejeros.